-. ESE QUE SOMOS
Y no hay árbol que llegue hasta el cielo;
Pues, en este mundo regado de credos;
Se vive y convive entre lo dulce y lo amargo.-
-.Así, la grandeza del hombre;
Desde el pináculo del pleno amor;
O desde la profundidad del egoísmo;
Se mide siempre a sí mismo;
Con la vara misma del dolor.-
-.Y en el candoroso anhelo;
De emular la letanía de la alondra;
Aliento quiere y al viento da;
Su mejor canción en su casual encanto;
Para juntar su alma con el amor del cielo;
Y para llevar su canto sobre el nivel del mar;
-.Dicen que alguno lo vio volar muy alto;
Pero otros dicen que ni alcanzó a volar;
Pero lo que si se;
Porque yo lo vi, pueden creerlo;
Variando un poco la historia;
Y cambiando un tanto el lugar;
Llegando pues a la cumbre;
De la montaña de el;
Durmiolo el cansancio al hombre;
Y despertose ángel después.
Moraleja del relato;
No es el rezo de una queja;
Pues el que escribe no deja;
De nombrar a ese que soy;
Ese que somos;
Ese que SOS; y ese que es;
Al derecho y sin revés;
El sólo con su canto asciende;
Viendo crecer a una flor;
Que rima con Margarita;
Esa flor es mi nietita;
¡Esa nena es un amor!
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