Sintesis de Vida



30-03-95

Las guerras que registra el Libro de Mormón tienen un motivo de ser registradas.
Desde que nacemos entramos en una batalla por la supervivencia. El trabajo, la preparación, la competencia contra el tiempo, etc., es en sí una virtual lucha en “cámara lenta”. Pero una guerra, acelera todo ese proceso momento tras momento, una vida entera cada hora, cada minuto por vivir un poco más, haciendo lo que sea necesario para sobrevivir.

Esta es una de las causas prácticas por la que, con tantos detalles, se describen las guerras y sus detalles en las escrituras, más que en otro libro, en el Libro de Mormón.



Reflexionemos
30-03-95

La persecución a la persona de José Smith fue más que nada por un motivo de mucho peso, social y teológico.
José, un joven de 14 años puso a prueba solo una escritura, pero con una fe básica, innata (Santiago).
Recibió respuesta proporcional a su fe, como el hermano de Jared. (Si recibió respuesta es porque pidió con fe). Luego testificó de lo que había visto y oído.
Los predicadores de la época se vieron rebasados en sus argumentos ya que ninguno se les habría ocurrido subirse a un púlpito y decir a gran vos: “Yo vi al Padre y al Hijo…”. Primero porque esa declaración debía ser sostenida luego con posteriores revelaciones y futuras mentiras similares. Segundo, otros predicadores se verían en la necesidad de ganar o recuperar adeptos con una declaración similar o mayor, y entonces todos nuevamente quedarían nivelados, pero al costo de mayor confusión entre los creyentes y con el peligro de una apatía colectiva.

Y tercero porque no creían que Dios se llegara a manifestar al hombre nuevamente, y menos para restaurar su Iglesia. Ellos, los predicadores de la época, basaban sus prédicas en la elocuencia y en la interpretación personal de la Biblia, y de repente se presentaba un jovencito poco instruido y decía solamente “…vi al Padre y al Hijo…”. Les sonó como un insulto.

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