La geometría de las decisiones

Las decisiones de las personas mientras viven en el mundo tienen un efecto que repercute en todo su medio en el que se desenvuelve.
Una pequeña decisión da origen a un hecho que, por lo irrelevante pasa inadvertido, nadie le da importancia, nadie lo nota pero… sucede: nace…
Un hecho tan simple como peinarse o lavarse las manos; hablar poco, mucho; la elección de su indumentaria, la comida que prefiere, etc. todo tiene importancia y máxima si el hombre vive en sociedad.
Si el hombre viviera solo, en un habitáculo ubicado en un olvidado rincón del mundo, sus actos no afectarían al mundo, considerando que ese hombre esté totalmente desconectado de cualquier otro congénere.
Pero tratemos el caso del hombre de sociedad, que necesariamente debe interactuar con sus pares. La acción, la más insignificante de las obras o el menor detalle, es, por compararlo a algo; como un segundo en la escala sexagesimal de geometría. Un grado dividido en sesenta minutos y el minuto en sesenta segundos.
Ocurre que en el seno de la acción. La trayectoria es un segundo pero si uno lo observara desde la distancia que otorga el tiempo, el recorrido tangencial que produjo ese segundo es notable y suma a la vida su efecto.



Desde el corazón todos somos de un mismo sentir. Sufrimos con la misma lágrima, nos alegramos con la misma vehemencia y tratamos de ser felices a nuestro modo. Desde el corazón, todos somos iguales en el amor por la vida.



“el amor es benigno…” el amor es todo lo que necesitamos para convivir en armonía. Pero la misericordia es mayor. Mientras el amor ama al que ama, la Misericordia se apiada aun de los que le aborrecen.
La misericordia agrega al amor una buena cuota de amor de Cristo.
Un padre ama entrañablemente al buen hijo, pero ama sufriendo al hijo descarriado.
“El amor todo lo sufre… todo lo espera…”

Prediquemos el Evangelio desde la simpleza de las cosas.
El Maestro enseño con palabras, hechos o imágenes.
Estas son algunas cosas que usó:
El sembrador, el pastor, un niño, el hombre rico, el mendigo, el hijo pródigo, el olivo, la vid, los pájaros, los peces, el jornalero, la mujer adultera, el pescador, el vino, las joyas, los tesoros escondidos, el candelero, el vaso, la casa limpia, la cosecha, el agua, la siembra, la semilla, el alfarero, la roca, el pan, el aceite, la sal, la luz, etc.
El Evangelio es útil para nuestras vidas porque se puede usar a diario.
No se puede ocultar, es luz, son obras.


La Casa del Señor está en la tierra de Adán.
Lo más glorioso está velado de sencillez, saturado de rutina, de reuniones eclesiásticas, costumbres de los grupos. Pero todo es verdadero porque es luz… y se puede discernir.


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